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  • 17 de Enero, 2006


    Publicado el 17 de Enero, 2006, 13:52

    20060117134812-02.jpg

    Para Bardamu, del Doke.


    Non omnis moriar

    ¡No moriré del todo, amiga mía! 
    de mi ondulante espíritu disperso, 
    algo en la urna diáfana del verso, 
    piadosa guardará la poesía.  
    ¡No moriré del todo! Cuando herido 
    caiga a los golpes del dolor humano, 
    ligera tú, del campo entenebrido 
    levantarás al moribundo hermano.  
    ¡Tal vez entonces por la boca inerme 
    que muda aspira la infinita calma, 
    oigas la voz de todo lo que duerme 
    con los ojos abiertos de mi alma!  
    Hondos recuerdos de fugaces días, 
    ternezas tristes que suspiran solas; 
    pálidas, enfermizas alegrías 
    sollozando al compás de las violas...  
    Todo lo que medroso oculta el hombre 
    se escapará vibrante del poeta, 
    en áureo ritmo de oración secreta 
    que invoque en cada cláusula tu nombre.  
    Y acaso adviertas que de modo extraño 
    suenan mis versos en tu oído atento, 
    y en el cristal, que con mi soplo empaño, 
    mires aparecer mi pensamiento.  
    Al ver entonces lo que yo soñaba, 
    dirás de mi errabunda poesía: 
    era triste, vulgar lo que cantaba... 
    mas, ¡qué canción tan bella la que oía!  
    Y porque alzo en tu recuerdo 
    notas del coro universal, vívido y almo; 
    y porque brillan lágrimas ignotas 
    en el amargo cáliz de mi salmo;  
    porque existe la Santa Poesía 
    y en ella irradias tú, mientras disperso 
    átomo de mi ser esconda el verso, 
    ¡no moriré del todo, amiga mía!

    Manuel Gutiérrez Nájera (México, 1859-1895), Periodista y poeta modernista o romántico, según se quiera ver, fue uno de los poetas que leí de pequeña, junto con Luis G. Urbina o Salvador Díaz Mirón o incluso, Enrique González Martínez. Creo que nunca me he librado de la visión romántica que me imbuyeron esas lecturas (¡ay, Shelley!), a las que vuelvo periódicamente, sin sentirme nunca extraña en ellas.